miércoles, 19 de septiembre de 2007

Del Perú con amor

Victor Miñiano, peruano residente en Chile



"Vals" por "cueca"



Llegó hace 4 años a nuestro país. Se vino sólo, mientras su mujer y sus hijos partieron a Japón en busca de mejores oportunidades. Es así como este peruano proveniente de Trujillo llegó a Chile cambiando el vals por la cueca, o quizás sea el "suspiro limeño" por, simplemente, un suspiro.



Por.- Rodrigo Durán Guzmán.





"No pé!. Si yo estoy bien, sólo un poco apenado". El diálogo se produce entre don Víctor (45) y un coterráneo que lo ve muy apesadumbrado. Acaba de salir de la cabina telefónica donde habló con uno de sus hijos. Hace un año que no los ve. Ellos están de vacaciones en Lima con los abuelos por parte de la mamá. Mañana se regresan a Japón.

Hace 8 años que su mujer se fue a "la tierra del sol naciente" en busca de nuevas posibilidades. Al cabo de un mes tenía trabajo y percibía una remuneración de U$3000 mensuales. De estos U$150 iban para sus 3 (dos hombres (22 y 18) y una mujer (17)) hijos que vivían con su papá en Trujillo. Al cabo de un tiempo, los tres hermanos decidieron irse a vivir con su mamá. "Yo no puedo competir contra eso. Jamás le podría haber dado a mis hijos esa cantidad de dinero, pero sí les di educación, cuidado y amor. Pero ellos se fueron con la madre".
Ya lleva 4 años en Chile. Es técnico electrónico e ingeniero en sonido, pero no ha podido ejercer su profesión porque para trabajar le piden un certificado de convalidación (revalidación de título) de sus estudios, porque estos los realizó en Perú.




La separación de su señora lo marcó. Para él "cuando la familia se separa ya no hay unión, todo se termina". De hecho, hasta el día de hoy mantiene una comunicación esporádica con sus hijos, pero con su señora no se ha vuelto a comunicar.




"Yo vendí mi casa para que mi ex mujer se fuera a Japón. Es la confianza de haber estado 20 años casado con ella para que luego me diera la espalda, me dejara solo y se llevara a mis hijos. Ante eso, creo que tengo que seguir con mi vida y eso me motivó a venir a Chile. Mis hijos ya están grandes. Ya no tengo deseos de volver con mi ex mujer porque todo se terminó, entonces se rompió la familia y ya no tengo las ganas de volver a unir la relación".

A su juicio no le costó adaptarse a Chile. Vivió 10 años en Lima, por lo que sabe lo que es arrendar y vivir solo en la capital. Nunca antes había estado en Chile y llegó "a la aventura".
En Santiago vive en la calle Amunátegui. Se vino a Chile en busca de nuevas posibilidades. Como en Perú hay muchos grupos de música él pensó que acá iba a ser lo mismo, más aún porque la industria musical chilena es más amplia que la peruana, pero al llegar acá la realidad fue muy distinta.


Le tocó trabajar de peoneta, cargando camiones. Trabajó en San Bernardo y en la Vega Central. Le pagaban $5000 por vuelta y trabaja unas 10 horas al día ($15-20mil diario promedio).
Para descansar lo hacía dentro del camión, al igual que para almorzar. " En Perú las cosas son distintas porque allá uno se sienta cómodamente a almorzar. Acá la cosa es tener una bebida, pancito y un poco de cecina y listo", dice respecto a las condiciones laborales que le tocó vivir.

A estado en otras partes del país. San Fernando, Rancagua, Curicó y Valparaíso han sabido de sus andanzas y ganas de superación.




Lo que sí le llamó bastante la atención es que el chileno es muy xenófobo, porque " está siempre pendiente de la procedencia de uno, de donde estudió, donde nació, vivió, etc. En cambió en Perú no es tanta la discriminación como acá, salvo en los temas políticos con Chile. Pero en general se recibe mucho mejor a los chilenos en Perú que a los peruanos en Chile".

En Santiago a trabajado en San Bernardo, en San Joaquín y Las Condes. A tenido experiencias laborales buenas y malas. La gente de menos recursos, por ignorancia él piensa, lo ha tratado mal, lo han hecho sentir discriminado. En cambio en los sectores más acomodados lo han tratado mejor. A su juicio esto ocurre porque las personas de altos ingresos han tenido la posibilidad de estar en Lima, entonces "conocen y saben como somos los peruanos".

Lo que marca diferencias, para él, entre los chilenos y los peruanos es que "el peruano es aventurero, es más trabajador y responsable que el chileno".

Actualmente cuenta con un trabajo estable. Trabaja en mantenimiento en la Cruz Roja chilena. Llegó a trabajar ahí por las bolsas de trabajo de la municipalidad de Santiago. Tiene un horario de 13 a 20 horas ($160.000 mensuales). No le alcanza para vivir bien, pero tiene la mañana para buscar otros trabajos. A su vez tiene un equipo de amplificación, el cual arrienda y por ahí obtiene ingresos extras.

Para él y el resto de los peruanos la Plaza de Armas es "su" punto de reunión porque la mayoría de los peruanos viven en la zona centro, no se requiere pagar pasaje para movilizares, están los centros de llamados, los locales de comida y porque ahí se reunen la mayor cantidad de peruanos, entonces se protegen los unos con los otros.

Otra cosa que le llama la atención es que el chileno es muy bueno para "sacar la vuelta".
" Ustedes no saben aprovechar las oportunidades de trabajo y las condiciones económicas que tienen a diferencia de los peruanos que somos trabajadores y hacemos nuestro trabajo bien. En Perú las cosas son cosa bien hecha, cosa pagada y acá no existe esa cultura".

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